Alejandro Hernández Escobar
Académico Carrera de Obstetricia
Universidad San Sebastián Sede De la Patagonia
Actualmente, la salud reproductiva es un área muy importante tanto para la mujer como para su pareja, pues la formación de familia sigue siendo un tema importante para la sociedad.
Sin embargo, muchas de estas parejas podrían presentar infertilidad, definiéndose según la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un trastorno del aparato reproductor (masculino y/o femenino), consistente en la incapacidad para lograr el embarazo tras 12 meses o más de intentarlo. De hecho, a nivel mundial se estima que unos 18 millones de parejas y unos 186 millones de personas son afectadas por la infertilidad, generando así un problema de salud pública importante que cada vez va en aumento.
Otro antecedente que considerar es que en abril de este año la OMS publica un documento sobre estimaciones de la prevalencia mundial de la infertilidad entre los años 1990 y 2021, señalando que 1 de cada 6 personas va a experimentar infertilidad en algún momento de su vida.
En Chile, se realizó un estudio por el Instituto de Investigaciones Materno Infantil (IDIMI), que señala que la infertilidad afecta al 10,4% de las mujeres en edad fértil al año de matrimonio. Además, evidencia que unas 411.554 mujeres podrían presentar infertilidad. Lo anterior, demuestra la importancia de prevenir factores de riesgo para la infertilidad, sobre todo en aquellas mujeres que postergan la maternidad pasados los 35 años o más, ya que, al llegar a esta edad, el porcentaje de fertilidad se ve muy reducido.
A la luz de los datos, resulta imprescindible además tener en cuenta algunos factores de riesgos que pueden afectar la fertilidad: el consumo de tabaco, alcohol, cafeína, cannabis, la mal nutrición por exceso (sobrepeso y obesidad), presencia de infecciones de transmisión sexual y la exposición a la contaminación ambiental.
Por lo tanto, es necesario que profesionales de la salud, y en especial matronas y matrones, puedan pesquisar oportunamente factores de riesgo que incidan en la infertilidad de las mujeres y sus parejas con el fin de mejorar su calidad de vida, así como también de respetar sus derechos reproductivos en una sociedad que cada vez posterga más la maternidad, y que es necesario educar para mejorar su salud, en especial, la salud reproductiva.